Empecé esta serie hace como... Un año y aún sigo aquí con el tercer libro... Hay que ver lo lenta que soy leyendo, dios mío.

Bueno, esta tercera parte va relacionada con la primera. Aparecen de nuevo Maverik y Gael, quienes ya conocían a Aderyn de muuucho antes. También se nos incorpora a la historia Kanon, una chica que adora la música. Kanon y Aderyn se conocerán en la sala de música, dónde Aderyn la pilla tocando el violín.

Esta historia me ha encantado por dos razones: La primera, por que he vuelto a saber de Gael y Maverik. En la primera historia me quedé con ganas de saber más de ellos, o que pasaría con ellos en un futuro... Y ya me he quedado un poco más satisfecha, aunque nunca me cansaré de ellos. La segunda, es por que Aderyn se descubre en esta historia. Descubre quien es, y que es lo que siente. Y lo hace junto a Kanon, quien también se descubre.

Ahora mismo me pasa lo mismo que con Maverik y gael, y es que el final es bastante abierto, lo que me hace querer saber más de ellas, y sobre qué pasará. Pues no es un final feliz de esos que te cagas de azúcar en vena. Por lo que espero volverlas a encontrar en próximos librillos de esta serie que me apasiona.

En esta historia también sabemos más del pasado de Maverik, el cual comparte con Adelyn. Y como consiguen solucionar sus diferencias. Si habéis leído la reseña correspondiente a ese primer libro, sabréis que Maverik es de carácter fuerte... Y no es fácil hablar con él cuando está enfadado o dolido. Por lo que a Adelyn le cuesta bastante poder llegar a él. Por suerte está el super héroe Gael todopoderoso, jajaja.

En resumen, es una historia cortita para pasar una tarde tranquila con chocolate caliente, ahora qe viene el frío. Con mantitas y música relajante. Recomiendo muchísimo esta serie, sobretodo a los fans del romance y del LGTB+.