Pensar en las miles de historias que a diario nacen y mueren. Es como aventarse a una misión interminable.

Cada historia de amor posee tanta complejidad. Aunque desees negarte, la complejidad siempre va de la mano del enamoramiento.

Thomas, es un hombre que vivió una infancia difícil. De adulto no existió mejoría. Sentía que lo perdería todo, así que se inundaba a sí mismo en el alcohol. ¿Cómo se habrá sentido cuando empezó a necesitarla?

Deborah y Thomas se cruzaron sin pensar que muy pronto el uno necesitaría del otro. Deborah parece tener una vida normal, la cual será diferente después de conocerlo.

Un hombre con problemas se enamora de aquella joven mujer que era lo opuesto a él. Es como ver dos mundos distintos luchando por compartir un mismo espacio.

¿Qué sucede después?

Él enloquece y se vuelve adicto a ella. Casi como una enfermedad.

No desea perderla y jamás se lo permitiría.

Cuando eso sucede, la vida de Deborah se convierte en una montaña rusa.

Deborah desea alejarse, pero el amor la ató a un hombre cuya presencia en su vida podría ser un tormento. Aun así, ella desea estar ahí.

Es ahí a donde deseaba llegar…

El amor es el único sentimiento capaz de atarte a alguien eternamente. No importa lo que pase; desearas a esa persona con mayor fuerza día a día.

Decir “adiós” es una clase de suicidio. Esa persona y tú tendrán esa conexión tan especial, que despertarás de madrugada y su rostro estará en tu mente. Abrigará tu corazón y no sabes qué pasaría si esa cobija te faltase algún día.

Así es como juega el amor: Domina tus sentidos, pero no tu corazón.

Una historia que debes leer, que debes recordar. No vaya a ser que, por enfrentarte a un alma desenfrenada y vacía, pierdas al amor de tu vida.