¡Hola!
Vuelvo a la carga con el tercero de la saga Grishaverse, de la mano de Irene y Ana de nuevo. Se está haciendo costumbre leer con ellas, y me encanta.
¡Vamos allá!
Ruin and Rising
Grisha, #3
Leigh Bardugo
Hidra
Fantasía, romance, Young adult
480 páginas
11 noviembre de 2019
Bajo tierra, en la red de túneles y cuevas que forman la Catedral Blanca, Alina es a la vez prisionera y objeto de adoración. Está muy débil, y la idea de embarcarse en un nuevo viaje en busca del tercer amplificador, el pájaro de fuego, parece una locura. Pero su poder ha cambiado desde la última batalla, y sus nuevas habilidades podrían aterrorizar incluso a sus propios aliados.
Libro 13, 2020.
Volvemos con una Alina débil por no usar su poder y bajo tierra bajo la "protección" del Apparat, quien se ha montado una secta del sol, incluso una Catedral blanca, que se ve que es tan interesante que se pasa tres capítulos explicándonos el subsuelo y la catedral para que luego no vuelvan a salir ni una simple vez una vez salen a la superficie.
Este es un claro ejemplo de cómo destrozar una trilogía que tenía todas las de ganar si se hubiera manejado de una manera mucho más inteligente. La pluma de la autora me gusta, pero creo que lo podría haber llevado muchísimo mejor que esto. Los personajes desaparecen a su antojo, luego reaparecen para dos diálogos y vuelven a irse. (Sí, ya sabéis a quien me refiero si lo habéis leído).
Si en el segundo libro Alina se me caía, en este libro se ha quedado en el subsuelo con el Apparat, quien por cierto ahora me da mucho más mal rollo que antes. Si era esa la intención de la autora, que no para de repetir que el hombre huele a moho, pues mis dieces porque lo consigue.
¿Qué veremos en la última entrega de este "maravilloso" final? Muerte, destrucción y Alina haciendo estupideces for 505 pages straight. Y es que, os lo juro, sé más de la descripción de todos los lugares que visitan durante el libro que lo que está pasando en realidad.
Sólo pedí una cosa cuando leí el libro anterior: Cerrar las cosas, darles explicación. ¿Y qué ha pasado? Que las explicaciones no tienen ningún sentido. Es todo demasiado conveniente y retorcido, ¿la explicación lógica? Nope, eso es demasiado pedir. Busca la razón más alocada y sin sentido que se te ocurra, y aún así, ni te acercas a lo que la autora nos cuenta.
Siento que estoy siendo muy crítica, pero el primer libro me encantó, consideré que el segundo libro era un poco más flojo porque era la calma antes de la tempestad, antes de que todo explotara en Ravka. Pero no, era el aviso que decía que sólo merece la pena el primero.
Hablemos del final... Podría considerarse un final feliz. Sobretodo para las personas con un ship concreto. Las demás personas, al hoyo y a tragar tierra con el Apparat y su secta. Que ciertamente la secta podría haber sido de utilidad, pero no. Sólo 10 de ellos. Y da gracias. Pero habían mil opciones muchísimo mejor que esas. Cualquiera era mejor. Es un final para contentar a la gente que lo lee... Pero sólo para ciertos lectores.
Y tras la ristra de cosas que acabo de soltar... ¿Qué hay de bueno en este libro? Es rápido de leer, engancha porque necesitas respuestas, Nikolai, el Oscuro... No, Alina y Mal, vosotros no. Tal vez Harshaw y el gato, ¿David y Genya? Y Baghra, esa mujer me ha resuelto la gran parte de las dudas que tenía, y la autora no la trata bien nunca. La declaro mi personaje favorito junto a Nikolai.
En resumidas cuentas, ya leí Seis de Cuervos en 2017, sin saber siquiera que existía esta trilogía, porque bueno, mindless Mireia. Pero sé que voy a disfrutar la lectura, y sin duda me va a quitar la espina clavada que tengo con esta trilogía. Podría haber sido muchas cosas... Que no fueron.
⭐⭐/5
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