Fujino cree firmemente en su propio talento; Kyomoto no sale nunca de su habitación. La imparable pasión por dibujar manga une a estas dos chicas que viven en un pueblo apartado. Por mucho que pasen los días y meses, hay algo que siempre las ha apoyado... De un pincel inigualable nace una historia autoconclusiva que rebosa juventud.

Bueno, hace mil años que no hago una reseña, pero let's do that.

Compré este manga en la feria del libro de Valencia, hace dos días, porque llevaba desde que salió queriendo leerlo. Es un tomo único, así que la historia empieza y termina aquí.

Hablemos primero del dibujo. Al principio me ha sorprendido un poco, porque no estoy acostumbrada a leer mangas con líneas tan difusas o "sucias". Normalmente los mangas suelen tener líneas pulcras, definidas, pero en este caso podemos ver líneas totalmente dispares. Y me ha encantado. No sé muy bien como explicarlo, pero el caos que he visto al inicio, me ha hecho quererlo aún más.

La historia, para mi gusto, ha sido bastante rápida, aún teniendo en cuenta que es un tomo único. Cuenta la historia de las dos chicas desde que van a primaria. A ambas les gusta dibujar y se conocen gracias a un profesor, quien obliga a una de ellas a ir a casa de la otra. A partir de ahí, empiezan a verse más a menudo. He de decir que me ha encantado que todo esté basado en una amistad unida por el dibujo. El final del tomo se me ha hecho un poco extraño, de hecho he tenido que leerlo de nuevo porque no sabía si había leído bien o lo estaba interpretando correctamente.

En conclusión, me ha gustado todo en general, pero ha habido partes que no he acabado de entender y que tal vez deba volver a leer el tomo para acabar de comprender lo que ha pasado. No me ha costado adaptarme al dibujo, pero sí a la velocidad de la historia. Altamente recomendado.